Fruto de una Siesta de 4 Horas (si... 4)
Estamos en un negocio con mi hermano mayor, Nicolás. Compramos (con gran felicidad) la réplica de los guantes que usó Maradona en el partido contra los ingleses en el mundial del ‘86. Son negros, y tienen bordado un jugador de futbol, con camiseta azul oscura (como la suplente de esa epoca), bien apretada contra el cuerpo, y shorts negros diminutos, como se solía usar.
Después de una serie de discuciones con una señora que intentaba cagarnos todo el tiempo, vamos a la caja. Yo me siento en una silla de playa, esperando mi turno.
Me doy cuenta que las tres personas que atienden la caja, son tres tipos idénticos. “Son mellizos…” le digo a Juli, mi primo. Y uno de ellos me mira con una mirada intimidante, mientras me indica que dé un paso adelante, asi me puede cobrar.
Agarra los guantes. Se los da a uno de sus trillizos. Lo miro al “tercer trillizo”, y no puedo ocultar la sorpresa cuando veo que es NEGRO… pero su cara es inconfundiblemente similar a la de sus hermanos. Los trillizos tenían alrededor de 35 años.
Mientras que le doy 50 dólares al trillizo No. 3, para pagar los guantes maradoneanos, lo veo a Juli atrás del counter… del lado de los trillizos. Está sentado en una mesa.
En la mesa hay un plato con sus respectivos cubiertos. El plato es relativamente grande, pero bien finito. Está cubierto de 10 milímetros de agua. Debajo de esos 10 milímetros, sumergidos, hay un par de billetes gigantes (si mal no recuerdo, de 50 dólares cada uno).
Juli procede a agarrar los cubiertos, y cortar una esquina de los billetes. Sorprendido, le digo:
“Juli!! Boludo, que hacés???”
“…nada, solo quiero ver qué se siente, que gusto tienen…”
Trillizo No. 3 me entrega los guantes, y me voy. A la salida, logro ubicarme. Logro ver donde estoy parado… logro ver en qué contexto se situaba ese negocio tan particular:
Estoy parado en un yate, que está anclado a la orilla de una ciudad indefinida. Estoy parado justo en el borde del puentecito de madera que conecta el barco a la orilla. Paro un segundito, levanto la cabeza y lo veo a Juli, de nuevo, pero esta vez está en un botecito con otra gente, al lado de nuestro yate. Le grito:
“Juli, que haces ahí??? Podés venir? Nos estamos yendo!!”
“Ahí voy, ahí voy…” dice, mientras lo ayudan a pasar del botecito a la orilla.
No me pregunten por qué. Por favor, no me lo pregunten… pero a mi lado estban Carrie Fisher (la actriz que interpretó a Princess Leia en “Star Wars”), y Georgina Barbarrosa (“famosa” conductora de TV argentina). Ellas y yo miramos a Juli, mientras que yo les digo:
“Perdónenme… no sé que hace mi primo”. Ellas se ríen. Juli les parece un personaje encantador.
La sensación es de estar mezclado con personajes famosos, y tratar de no pasar vergüenza. Lo pierdo de vista a Juli, y empiezo a caminar hacia la orilla. Mientras bajo, puedo identificar a varios actores famosos entre la muchedumbre que hay en el puerto.
De repente, aparece P. Diddy (alias “Puff Daddy”, alias “Sean “Puffy” Combs”) y le dice un secreto a una persona que esta parada adelante mío. Muy atento, logro escuchar lo que le dice al oido:
“There’s a party at Leonardo’s, this Saturday”. (Si todavía no te diste cuenta que Leonardo es Leonardo Di Caprio, entonces… no entendés nada de la vida).
Obviamente mi nivel de excitación era alto. El Sábado próximo me iba a codear con los famosos en la casa de Leonardo Di Caprio. Ya me había autoinvitado y todo.
-------------
Corte a casa de Guido S.
Más específicamente, la puerta de su sala de cine. Entro y lo encuentro a Nesti (alias “Ernesti”, alias “Papá de Guido”) tratando de encender el proyector para ver el partido de River.
Sebi: “Juega River ahora?? Pero si es re temprano…?””
Nesti: “No, lo que pasa es que me voy a laburar, y quiero dejar todo listo para cuando vuelva”.
De repente, se escucha la voz de Guido que dice: “No rompan las pelotas…”. Giro la cabeza, y veo una cama redonda, cubierta por largas y opacas cortinas que no dejan ver su interior. Guido está adentro. Obviamente, no reconoció mi voz.
Sebi: “Soy yo, boludo…”.
Guido: “Ah…”
Las cortinas se abren, y revelan a Guido con un corte de pelo más que extraño.
Sebi: “Pensé que te habías pelado la cabeza!”
Guido: “No… en realidad no… me hice esto”.
El corte era un mamarracho, directamente. Había secciones de su cabeza que estaban peladas, otras partes tenían parches con mechones largos, y otras, tijeretazos demasiado obvios.
Había un ambiente de depresión jodido. Guido no sacaba una sonrisa por nada del mundo, y Nesti no sabía que hacer. Yo estaba desorientado.
--------------
La tercer parte del sueño es corta y rara. Es una especie de documental sobre la esposa de Hugh Hefner.
O sobre Hugh Hefner transformado en mujer. De todas maneras, se veía a esta mujer, madura, en sus sesenta y largos (imagínense a Donatella Versace, pero con 20 kilos de más), pintando sobre los cuerpos de dos señoritas con unos pinceles. “Donatella” hablaba a la cámara mientras escuchaba música en su iPod y pintaba artísticamente a ambas chicas.
No tengo la más puta idea de lo que hablaba... ni por qué soñé con eso.
FIN.
P.D: Me di cuenta por qué Guido S. aparece tanto en mis sueños. La respuesta es demasiado simple y no se como no me avivé antes: Leo su blog todos los días. Eso hace que esté presente en mi cabeza todos los días. Ya ven como este sueño está directamente relacionado con dos “posts” que puso en su blog. Y si no tienen idea de lo que hablo, péguenle una visita a CAVERNADELTORO.BLOGSPOT.COM.
Desde ya,
Muchas Gracias.
Música: “Beach Sequence” – U2 con Brian Eno
Después de una serie de discuciones con una señora que intentaba cagarnos todo el tiempo, vamos a la caja. Yo me siento en una silla de playa, esperando mi turno.
Me doy cuenta que las tres personas que atienden la caja, son tres tipos idénticos. “Son mellizos…” le digo a Juli, mi primo. Y uno de ellos me mira con una mirada intimidante, mientras me indica que dé un paso adelante, asi me puede cobrar.
Agarra los guantes. Se los da a uno de sus trillizos. Lo miro al “tercer trillizo”, y no puedo ocultar la sorpresa cuando veo que es NEGRO… pero su cara es inconfundiblemente similar a la de sus hermanos. Los trillizos tenían alrededor de 35 años.
Mientras que le doy 50 dólares al trillizo No. 3, para pagar los guantes maradoneanos, lo veo a Juli atrás del counter… del lado de los trillizos. Está sentado en una mesa.
En la mesa hay un plato con sus respectivos cubiertos. El plato es relativamente grande, pero bien finito. Está cubierto de 10 milímetros de agua. Debajo de esos 10 milímetros, sumergidos, hay un par de billetes gigantes (si mal no recuerdo, de 50 dólares cada uno).
Juli procede a agarrar los cubiertos, y cortar una esquina de los billetes. Sorprendido, le digo:
“Juli!! Boludo, que hacés???”
“…nada, solo quiero ver qué se siente, que gusto tienen…”
Trillizo No. 3 me entrega los guantes, y me voy. A la salida, logro ubicarme. Logro ver donde estoy parado… logro ver en qué contexto se situaba ese negocio tan particular:
Estoy parado en un yate, que está anclado a la orilla de una ciudad indefinida. Estoy parado justo en el borde del puentecito de madera que conecta el barco a la orilla. Paro un segundito, levanto la cabeza y lo veo a Juli, de nuevo, pero esta vez está en un botecito con otra gente, al lado de nuestro yate. Le grito:
“Juli, que haces ahí??? Podés venir? Nos estamos yendo!!”
“Ahí voy, ahí voy…” dice, mientras lo ayudan a pasar del botecito a la orilla.
No me pregunten por qué. Por favor, no me lo pregunten… pero a mi lado estban Carrie Fisher (la actriz que interpretó a Princess Leia en “Star Wars”), y Georgina Barbarrosa (“famosa” conductora de TV argentina). Ellas y yo miramos a Juli, mientras que yo les digo:
“Perdónenme… no sé que hace mi primo”. Ellas se ríen. Juli les parece un personaje encantador.
La sensación es de estar mezclado con personajes famosos, y tratar de no pasar vergüenza. Lo pierdo de vista a Juli, y empiezo a caminar hacia la orilla. Mientras bajo, puedo identificar a varios actores famosos entre la muchedumbre que hay en el puerto.
De repente, aparece P. Diddy (alias “Puff Daddy”, alias “Sean “Puffy” Combs”) y le dice un secreto a una persona que esta parada adelante mío. Muy atento, logro escuchar lo que le dice al oido:
“There’s a party at Leonardo’s, this Saturday”. (Si todavía no te diste cuenta que Leonardo es Leonardo Di Caprio, entonces… no entendés nada de la vida).
Obviamente mi nivel de excitación era alto. El Sábado próximo me iba a codear con los famosos en la casa de Leonardo Di Caprio. Ya me había autoinvitado y todo.
-------------
Corte a casa de Guido S.
Más específicamente, la puerta de su sala de cine. Entro y lo encuentro a Nesti (alias “Ernesti”, alias “Papá de Guido”) tratando de encender el proyector para ver el partido de River.
Sebi: “Juega River ahora?? Pero si es re temprano…?””
Nesti: “No, lo que pasa es que me voy a laburar, y quiero dejar todo listo para cuando vuelva”.
De repente, se escucha la voz de Guido que dice: “No rompan las pelotas…”. Giro la cabeza, y veo una cama redonda, cubierta por largas y opacas cortinas que no dejan ver su interior. Guido está adentro. Obviamente, no reconoció mi voz.
Sebi: “Soy yo, boludo…”.
Guido: “Ah…”
Las cortinas se abren, y revelan a Guido con un corte de pelo más que extraño.
Sebi: “Pensé que te habías pelado la cabeza!”
Guido: “No… en realidad no… me hice esto”.
El corte era un mamarracho, directamente. Había secciones de su cabeza que estaban peladas, otras partes tenían parches con mechones largos, y otras, tijeretazos demasiado obvios.
Había un ambiente de depresión jodido. Guido no sacaba una sonrisa por nada del mundo, y Nesti no sabía que hacer. Yo estaba desorientado.
--------------
La tercer parte del sueño es corta y rara. Es una especie de documental sobre la esposa de Hugh Hefner.
O sobre Hugh Hefner transformado en mujer. De todas maneras, se veía a esta mujer, madura, en sus sesenta y largos (imagínense a Donatella Versace, pero con 20 kilos de más), pintando sobre los cuerpos de dos señoritas con unos pinceles. “Donatella” hablaba a la cámara mientras escuchaba música en su iPod y pintaba artísticamente a ambas chicas.
No tengo la más puta idea de lo que hablaba... ni por qué soñé con eso.
FIN.
P.D: Me di cuenta por qué Guido S. aparece tanto en mis sueños. La respuesta es demasiado simple y no se como no me avivé antes: Leo su blog todos los días. Eso hace que esté presente en mi cabeza todos los días. Ya ven como este sueño está directamente relacionado con dos “posts” que puso en su blog. Y si no tienen idea de lo que hablo, péguenle una visita a CAVERNADELTORO.BLOGSPOT.COM.
Desde ya,
Muchas Gracias.
Música: “Beach Sequence” – U2 con Brian Eno
1 Comments:
Jejeje... gracias por la publicidad. Y sabé que antes de pelarme, pasé por la etapa de los tijeretazos, casi casi me la dejo...
Buen sueño, variado. Qué grande Juli en su nueva etapa de aventurero, salta del negocio al barco...
Publicar un comentario
<< Home